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La búsqueda de sentido: Cuando la psicología y la espiritualidad se encuentran.



Imagina que estás en una montaña. A tu alrededor, el paisaje es vasto y misterioso. Hay senderos que se bifurcan, algunos claros, otros cubiertos de niebla. Cada paso que das es una elección, y cada elección te lleva a un lugar diferente. Pero, en algún momento, te detienes y te preguntas: ¿Por qué estoy aquí? ¿Cuál es el sentido de todo esto?

Esta pregunta, tan antigua como la humanidad, ha sido abordada desde múltiples perspectivas.

Hoy, vamos a explorar cómo la psicología existencial, la logoterapia de Viktor Frankl y la filosofía oriental nos ofrecen respuestas profundas y transformadoras sobre el sentido de la vida. Prepárate para un viaje que une la mente, el corazón y el espíritu.


Viktor Frankl y la logoterapia: Encontrar sentido incluso en el sufrimiento

Viktor Frankl, psiquiatra y sobreviviente del Holocausto, nos dejó un legado invaluable con su logoterapia, una forma de psicoterapia que se centra en la búsqueda de sentido. Frankl creía que el ser humano no solo busca placer o poder, sino también significado. Incluso en las circunstancias más oscuras, podemos encontrar un propósito que nos impulse a seguir adelante.

Frankl relata en su libro "El hombre en busca de sentido" cómo, en los campos de concentración, aquellos que encontraban un motivo para vivir (ya fuera el amor por un ser querido, la esperanza de ver un nuevo amanecer o la necesidad de terminar una obra) tenían más probabilidades de sobrevivir. El sentido no solo nos sostiene; nos transforma.

Como si la vida fuese como un libro. Algunos capítulos son dolorosos, pero cada uno contribuye a la historia general. El sufrimiento es uno de esos capítulos, pero no define todo el libro.

Frankl nos invita a preguntarnos: ¿Qué espera la vida de mí? En lugar de buscar un sentido abstracto, debemos encontrar significado en nuestras acciones, relaciones y actitudes ante la adversidad.


El existencialismo: Crear significado en un universo indiferente. Mientras Frankl nos habla de encontrar sentido, los filósofos existencialistas como Jean-Paul Sartre y Albert Camus nos dicen que, en un universo aparentemente indiferente, somos nosotros quienes debemos crear nuestro propio significado.

Sartre afirmaba que "el hombre está condenado a ser libre". Esto significa que, aunque no elegimos nacer, somos completamente responsables de nuestras elecciones y, por tanto, de nuestro sentido de la vida.


Imagina que estás en un escenario vacío. No hay guión, no hay director. Tú decides qué personaje interpretar y qué historia contar. Puede ser aterrador, pero también liberador.

Camus, por su parte, nos habla del absurdo, la tensión entre nuestra búsqueda de significado y la indiferencia del universo. En su obra El mito de Sísifo, compara la vida con el castigo de Sísifo, condenado a empujar una roca cuesta arriba solo para verla caer una y otra vez. Pero Camus concluye que, incluso en este escenario absurdo, podemos encontrar felicidad en la lucha misma.

La vida es como escalar una montaña sin cima. Aunque no haya un destino final, el acto de escalar en sí mismo puede ser gratificante.


Filosofía oriental: El sentido en la conexión con el todo

Mientras el existencialismo nos invita a crear significado, la filosofía oriental nos ofrece una perspectiva diferente: el sentido no se busca, se descubre. En tradiciones como el budismo, el hinduismo y el taoísmo, el sufrimiento y la falta de sentido surgen de nuestra desconexión con el todo.

El budismo y el desapego: El Buda enseñó que el sufrimiento (Dukkha) surge del apego a deseos y expectativas. El sentido no está en perseguir metas externas, sino en liberarnos de esas ataduras y encontrar paz en el presente.

Imagina que estás en un río, tratando de agarrar el agua con las manos. Cuanto más te esfuerzas, más se escapa. Pero si abres las manos y dejas que el agua fluya, encuentras una sensación de plenitud.


El Taoísmo y el flujo: El Taoísmo nos enseña que el sentido está en fluir con el Tao, el orden natural del universo. Cuando nos resistimos al flujo, experimentamos sufrimiento. Pero cuando nos alineamos con él, encontramos armonía.

La vida es como un río. Si nadas contra la corriente, te agotas. Pero si te dejas llevar, llegas a tu destino sin esfuerzo.


Entonces, Cómo podemos integrar estas perspectivas en nuestra vida cotidiana..

Encontrá significado en lo pequeño: El sentido no tiene que ser grandioso. Puede estar en una conversación con un amigo, en un acto de bondad o en un momento de quietud.

Acepta la libertad y la responsabilidad: Como proponen los existencialistas, somos libres de crear nuestro propio camino. Pero con esa libertad viene la responsabilidad de elegir con sabiduría.

Conéctate con el presente: La filosofía oriental nos recuerda que el sentido no está en el futuro o en el pasado, sino en el aquí y ahora. Practica la atención plena y encuentra paz en el momento presente.

Abraza la incertidumbre: La vida está llena de preguntas sin respuesta. En lugar de temerle a lo desconocido, abrázalo como parte del viaje.


El sentido como un viaje, no un destino. La búsqueda de sentido no es un camino recto ni una meta fija. Es un viaje lleno de giros, altibajos y descubrimientos. Ya sea que encuentres significado en la lucha, en la conexión con los demás o en la armonía con el universo, lo importante es seguir caminando.



¿Qué te da sentido en tu vida diaria?

¿Cómo puedes integrar estas perspectivas para vivir una vida más plena y significativa?


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