Magnesio: el mineral esencial que equilibra cuerpo y mente.
- Claudio Marzan
- 8 may
- 5 Min. de lectura
El magnesio es un mineral indispensable para el buen funcionamiento de nuestro organismo. Interviene en más de 300 procesos bioquímicos y está presente en cada célula del cuerpo. A pesar de su relevancia, muchas personas no alcanzan la ingesta diaria recomendada, lo que puede generar diversas complicaciones de salud. Su eficacia cuenta con respaldo científico, especialmente en lo que respecta a la salud muscular, ósea, cardiovascular y neurológica.
La deficiencia de magnesio es más común de lo que se cree, especialmente en personas con dietas procesadas, adultos mayores, personas con estrés crónico o con ciertas enfermedades gastrointestinales. Incorporar cloruro de magnesio como suplemento puede ayudar a restablecer el equilibrio y apoyar diversas funciones vitales.
¿Para qué sirve el magnesio?
Restaura el equilibrio mineral, como en casos de artrosis por descalcificación.
Estimula funciones vitales, como la eliminación de ácido úrico por los riñones.
Regula la actividad neuromuscular y la transmisión de impulsos nerviosos.
Previene la fatiga muscular, evita calambres y fortalece los músculos, ideal para deportistas.
Mejora el funcionamiento del corazón al participar en múltiples procesos biológicos.
Combate la depresión, mareos y estrés, gracias a su papel en la producción de energía.
Ayuda a regular la temperatura corporal.
Contribuye a mantener bajos niveles de colesterol.
Regula el tránsito intestinal.
Favorece la formación de huesos fuertes.
Ayuda en la metabolización de proteínas y carbohidratos.
Es útil en problemas de irritabilidad neuromuscular como tétanos o epilepsia.
Reduce lípidos en sangre, previene la arteriosclerosis y revitaliza el cerebro.
Después de los 40 años, su suplementación ayuda a compensar la disminución natural en la absorción del magnesio.
Previene afecciones como próstata inflamada y hemorroides.
Refuerza el sistema inmune, ayudando a prevenir gripes.
Retarda los signos del envejecimiento y prolonga la juventud.
Previene la obesidad y ayuda a mantener un peso saludable.
Reduce el riesgo de cáncer.
Es un excelente laxante natural.
Calma trastornos digestivos y mejora la digestión.
Disminuye síntomas de bronquitis.
Ayuda a prevenir sabañones.
Actúa como desodorante natural al regular el pH corporal.
Beneficios y propiedades del cloruro de magnesio
Regulación del sistema nervioso: contribuye a disminuir la ansiedad, el insomnio y los síntomas del estrés crónico.
Mejora de la función muscular: previene calambres, mejora el rendimiento físico y la recuperación post-ejercicio.
Fortalecimiento óseo: colabora en la fijación del calcio en los huesos, siendo clave en la prevención de la osteoporosis.
Apoyo cardiovascular: regula el ritmo cardíaco, reduce la presión arterial y puede mejorar la salud arterial.
Prevención de migrañas: estudios han demostrado que puede disminuir la frecuencia e intensidad de las migrañas.
Regulación del azúcar en sangre: mejora la sensibilidad a la insulina y puede ser beneficioso en personas con prediabetes o diabetes tipo 2.
Efecto laxante suave: alivia el estreñimiento funcional y favorece el tránsito intestinal.
Refuerzo inmunológico: participa en la activación de linfocitos y otras defensas del cuerpo.
Apoyo en procesos metabólicos: fundamental para la producción de energía y el metabolismo de lípidos y proteínas.

Magnesio y su relación con enfermedades
Una buena reserva de magnesio en el organismo puede:
Prevenir y controlar la diabetes tipo 2, ayudando a estabilizar los niveles de azúcar en sangre y evitando complicaciones como problemas oculares, cardíacos o renales.
Fortalecer el sistema nervioso, reduciendo síntomas de irritabilidad, temblores, náuseas, debilidad muscular o taquicardia.
Proteger el sistema óseo: si los niveles en sangre bajan, el cuerpo extrae calcio y magnesio de los huesos, debilitándolos.
Dosis recomendada de cloruro de magnesio
La cantidad adecuada varía según la edad y estilo de vida:
De 10 a 50 años: media dosis diaria.
De 51 a 70 años: una dosis por la mañana.
A partir de los 71 años: una dosis por la mañana y otra por la noche.
¿Cómo se prepara el cloruro de magnesio?
La forma más común de consumir el cloruro de magnesio es disuelto en agua, en su presentación en polvo cristalizado, generalmente hexahidratado. (frasquito de platico de 33g) Esta preparación permite conservarlo en la heladera y tomar una dosis diaria de manera práctica.
Preparación estándar:
Hervir 1 litro de agua potable y dejar enfriar.
Disolver 33 gramos de cloruro de magnesio cristalizado en ese litro de agua fría.
Guardar en una botella de vidrio, bien tapada, en la heladera.
Dosis recomendada (orientativa):
Adultos: 1 a 2 cucharadas soperas al día (15 a 30 ml), preferentemente en ayunas o entre comidas.
Personas mayores o con necesidades específicas: consultar a un profesional para ajustar la dosis.
El sabor amargo es característico, pero se puede suavizar con unas gotas de limón o diluyéndolo en jugos naturales. No debe ser combinado con leche ni bebidas alcohólicas.
Precauciones: No se recomienda en casos de insuficiencia renal, bradicardia, ni en personas que tomen diuréticos ahorradores de potasio o ciertos medicamentos cardiovasculares, sin supervisión médica.
¿Por cuánto tiempo se puede tomar cloruro de magnesio?
1. Como suplemento general para mantener la salud: Puede tomarse en forma continua durante varios meses (3 a 6 meses), realizando pausas de 2 a 4 semanas entre ciclos. Esto permite al cuerpo equilibrar sus niveles de magnesio sin generar dependencia.
2. En casos de deficiencia comprobada de magnesio: El tratamiento puede extenderse según indicación médica, con controles periódicos para evaluar niveles séricos y evitar excesos.
3. Para dolores articulares, contracturas o fatiga crónica: Se sugiere un mínimo de 2 a 3 meses de uso continuo para empezar a notar mejoras sostenidas. Luego se puede reducir la dosis a modo de mantenimiento.
4. En adultos mayores: Muchos profesionales lo recomiendan como suplemento regular, con controles anuales para ajustar dosis o suspender si no es necesario.
Importante: El magnesio no genera adicción, pero en exceso puede producir efectos secundarios como diarrea, náuseas, o alteraciones renales. Por eso, se recomienda ajustar la dosis y la duración según la tolerancia y necesidad individual.
El cloruro de magnesio puede encontrarse en polvo, cápsulas o en forma líquida, y suele tomarse disuelto en agua. Su sabor es amargo, lo que puede atenuarse mezclándolo con jugo de limón o algún otro líquido ácido. Se recomienda consultar a un profesional de la salud antes de iniciar su suplementación, especialmente en personas con insuficiencia renal o trastornos cardíacos, ya que un exceso de magnesio también puede causar efectos adversos.
El magnesio cumple funciones vitales, entre ellas:
Produce y transporta energía en las células.
Participa en la formación y mantenimiento de huesos y dientes fuertes.
Relaja los músculos y favorece la función neuromuscular.
Ayuda a mantener los latidos cardíacos regulares.
Colabora en el control de la presión sanguínea.
Interviene en la producción de enzimas esenciales.
Mejora el estado de ánimo y combate el estrés.
Favorece la salud intestinal y digestiva.
Es fundamental en la metabolización de carbohidratos y proteínas.
Además, es útil en el tratamiento de migrañas, asma, arritmias cardíacas y diabetes. Trabaja de manera sinérgica con otros nutrientes como el calcio, potasio, vitaminas C, D y tiamina, potenciando su efecto cuando se consumen en conjunto.
Referencias científicas:
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